¿Qué hábitos alimenticios debo tener después del tratamiento contra el cáncer?
Es común que algunos de los efectos secundarios de la quimioterapia y la radioterapia continúen incluso después de que finalice el tratamiento del cáncer. Falta de apetito, boca seca, dificultad para tragar y cambios de peso son algunos de los síntomas. También es bastante recurrente que el gusto y el olfato de los pacientes cambien después de los tratamientos. Pero no te preocupes: esta fase es normal y se invierte con el tiempo. Poco a poco podrás volver a disfrutar de la comida, pero sin dejar de lado los cuidados de la salud.
Para ello, necesitas desarrollar un plan, con el equipo que te atiende, para hacer frente a estos efectos secundarios y controlar tu dieta, basándola en hábitos saludables y respetando tus preferencias y restricciones. Después de todo, el cuerpo necesita una buena reserva de nutrientes para reconstruir los tejidos y recuperar la fuerza.
Pero algunos consejos son válidos para la mayoría de los casos. Uno de ellos es elegir una variedad de elementos que abarquen todos los grupos de alimentos: proteínas, carbohidratos o carbohidratos, lípidos o grasas, vitaminas, agua y sales minerales, siempre teniendo en cuenta las cantidades adecuadas de cada uno para tu organismo.
Además, para asegurarse de tener siempre opciones saludables, vale la pena comprar frutas, verduras, alimentos bajos en grasa y productos integrales en cada visita al supermercado.
Los alimentos con un alto nivel de fibra, como los panes integrales y los cereales, ayudan mucho en la recuperación muscular; después de todo, son parte de los carbohidratos de origen vegetal y son más resistentes a la digestión, llevando una mayor cantidad de nutrientes al intestino grueso. .
También trate de comer al menos dos porciones y media de frutas y verduras al día, ya que son ricas en nutrientes y minerales.
Trate de reducir la cantidad de grasa en sus comidas, sustituyendo los alimentos fritos por alimentos horneados o hervidos y la leche entera por descremada. También ayuda a reducir la ingesta de carnes rojas (ternera, cerdo y cordero) a un máximo de 3 o 4 comidas a la semana.
Evite usar demasiada sal y consumir productos ahumados (por ejemplo, tocino, salchichas y embutidos) y alimentos enlatados, así como alimentos procesados, ya que contienen sustancias que pueden dañar el organismo. La alternativa son los productos orgánicos y frescos, que son más saludables.
Recuerde que el alcohol es un factor de riesgo conocido para desarrollar cáncer, así que trate de evitarlo.
Finalmente, cuando el equipo médico le dé de alta, considere hacer ejercicio. Elija actividades que disfrute y, por lo tanto, cuide su cuerpo y su mente. Intente hacer ejercicio durante al menos 150 minutos a la semana.
¿Cuál es la actividad física para recuperar la autoestima durante el tratamiento?
Quienes están en tratamiento por cáncer de mama también están redescubriendo varias cosas sobre su propio cuerpo y, principalmente, sobre los límites que impone esta nueva etapa de la vida. En este proceso, es normal que se tambalee la autoestima y que se reduzca la disposición para realizar algunas actividades. Hay días en los que me falta energía incluso para las tareas cotidianas. Sin embargo, es precisamente en este punto donde la práctica de algún ejercicio puede contribuir a mejorar la calidad de vida durante el tratamiento.
Además de fortalecer los músculos, lo que genera más resistencia y energía, el principal beneficio del ejercicio en esta etapa es su capacidad para liberar endorfinas. La sustancia también se conoce como hormona del bienestar, ya que mejora el sistema nervioso, aumenta la autoestima, reduce la ansiedad, reduce los síntomas que conducen a la depresión y ayuda a controlar el apetito.
El impacto en la autoestima también se encuentra en el descubrimiento de la superación de las dificultades. Aunque tu ritmo no es el mismo en esta etapa, y debes respetarlo, un ejercicio puede demostrar que eres capaz de llegar más lejos de lo que pensabas. Dependiendo de la actividad elegida, también puede ayudar a controlar el peso, reducir la hinchazón y la retención de líquidos provocada por el uso de corticoides en la quimioterapia, lo que repercute directamente en la autoestima.
Para que esta experiencia sea más fácil y enriquecedora, puede optar por realizar actividades en grupo. Además de ayudar a mantener la frecuencia, tener compañeros de ejercicio contribuye aún más a la autoestima, ya que relacionarse con otras personas te distraerá de la enfermedad, tendrás contacto con diferentes universos y harás nuevas amistades.
Los ejercicios no necesitan ser pesados: caminar, hacer yoga, estirarse y bailar son algunos ejemplos. Es importante recordar que cualquier actividad debe ser comunicada al médico, para que pueda evaluar y monitorear la evolución de los resultados, así como ayudar en la elección del ejercicio más adecuado.
Cuida tu cuerpo, conoce tus límites y, sobre todo, aprovecha para vivir momentos agradables y descubrir tu propio cuerpo en esta etapa. Será un gran impulso para su tratamiento.
¿Cómo combatir el aumento de peso durante el tratamiento?
Los cuidados con la alimentación y el ejercicio físico durante el tratamiento del cáncer de mama son fundamentales, no solo para mantener el cuerpo equilibrado y tener una mejor calidad de vida, sino también porque el tratamiento del cáncer puede provocar aumento de peso y provocar una serie de molestias en las pacientes.
Es bastante común que las personas que aún no están familiarizadas con los efectos secundarios de los tratamientos contra el cáncer no conozcan esta información, pero de hecho, existen medicamentos que, asociados a otros factores, pueden conducir a un aumento de peso. Es importante prestar atención a los cambios que se producen en el organismo durante esta fase para mantener el equilibrio y el aumento de peso no se convierta en una fuente de frustración para los pacientes, que ya se enfrentan a un momento sumamente difícil.
El aumento de peso durante el tratamiento del cáncer se produce por varias razones: algunas mujeres, cuando se someten a quimioterapia, pueden experimentar una menopausia precoz, lo que contribuye a la aparición de algunos kilos de más en la báscula. Esto se debe a que el metabolismo, durante este período, termina ralentizándose y hay cambios importantes en la estructura corporal, de esta manera el cuerpo termina perdiendo masa muscular y ganando grasa.
Otra razón asociada con los kilos de más tiene que ver con los medicamentos que se usan durante la quimioterapia. En ocasiones, es necesario tomar medicamentos para ayudar a combatir las náuseas y los vómitos, y estos medicamentos suelen tener en su composición corticosteroides, que aumentan el apetito y pueden provocar retención de líquidos y pérdida de masa muscular.
Los corticosteroides y esteroides son sustancias hormonales que están directamente relacionadas con el tejido adiposo, por lo que puede aparecer hinchazón en el cuello, la espalda y el abdomen durante su uso. El uso de la terapia hormonal también puede cambiar la cantidad de estrógeno y progesterona en las mujeres, lo que termina cambiando la forma en que el cuerpo metaboliza los alimentos. Es importante que los pacientes reciban un seguimiento nutricional antes, durante y después de la terapia hormonal, enfatizando programas de cambios de estilo de vida y reeducación dietética, en la búsqueda de un peso saludable.
Otros factores como la falta de ejercicio físico y el descuido con la comida contribuyen al aumento de peso. A menudo, la falta de control con la rutina de alimentación asociada con el medicamento utilizado durante la quimioterapia tiene el efecto secundario de la fatiga, que hace que el cuerpo se ralentice y aparezcan kilos de más no deseados.
Sin embargo, lo más importante a tener en cuenta es que cada organismo reacciona de forma diferente, por lo que los cambios de peso pueden ser distintos en cada caso. Mientras que algunos reportan aumento de peso, otros notan una marcada disminución del apetito. Así, la preocupación a lo largo de este período debe ser no solo con el aspecto físico, sino con la salud en general, ya que el control dietético no se refiere solo a la estética, sino a las enfermedades asociadas que pueden desarrollarse por exceso o falta de peso.
Las mujeres con predisposición al aumento de peso deben ser conscientes de que el mayor riesgo de aumento de peso está asociado con la salud y sus consecuencias, como la aparición de hipertensión arterial y enfermedades cardíacas. Además, el sobrepeso también es uno de los factores asociados con mayores posibilidades de recurrencia de la enfermedad.
Los beneficios de una dieta equilibrada y un programa de ejercicio moderado son numerosos durante todo el tratamiento del cáncer de mama. Estas medidas pueden ayudar a la capacidad del cuerpo para reconstruir tejido sano y masa muscular, mejorar la disposición del paciente al tratamiento, aumentar la tolerancia a los efectos secundarios de la quimioterapia y provocar una mejora considerable en la calidad de vida. El control de peso durante todo el tratamiento se vuelve fundamental para una buena recuperación y aumento de energía. ¡Cuídate!
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