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¿Cómo combatir el aumento de peso durante el tratamiento?

Los cuidados con la alimentación y el ejercicio físico durante el tratamiento del cáncer de mama son fundamentales, no solo para mantener el cuerpo equilibrado y tener una mejor calidad de vida, sino también porque el tratamiento del cáncer puede provocar aumento de peso y provocar una serie de molestias en las pacientes.

Es bastante común que las personas que aún no están familiarizadas con los efectos secundarios de los tratamientos contra el cáncer no conozcan esta información, pero de hecho, existen medicamentos que, asociados a otros factores, pueden conducir a un aumento de peso. Es importante prestar atención a los cambios que se producen en el organismo durante esta fase para mantener el equilibrio y el aumento de peso no se convierta en una fuente de frustración para los pacientes, que ya se enfrentan a un momento sumamente difícil.

El aumento de peso durante el tratamiento del cáncer se produce por varias razones: algunas mujeres, cuando se someten a quimioterapia, pueden experimentar una menopausia precoz, lo que contribuye a la aparición de algunos kilos de más en la báscula. Esto se debe a que el metabolismo, durante este período, termina ralentizándose y hay cambios importantes en la estructura corporal, de esta manera el cuerpo termina perdiendo masa muscular y ganando grasa.

Otra razón asociada con los kilos de más tiene que ver con los medicamentos que se usan durante la quimioterapia. En ocasiones, es necesario tomar medicamentos para ayudar a combatir las náuseas y los vómitos, y estos medicamentos suelen tener en su composición corticosteroides, que aumentan el apetito y pueden provocar retención de líquidos y pérdida de masa muscular.

Los corticosteroides y esteroides son sustancias hormonales que están directamente relacionadas con el tejido adiposo, por lo que puede aparecer hinchazón en el cuello, la espalda y el abdomen durante su uso. El uso de la terapia hormonal también puede cambiar la cantidad de estrógeno y progesterona en las mujeres, lo que termina cambiando la forma en que el cuerpo metaboliza los alimentos. Es importante que los pacientes reciban un seguimiento nutricional antes, durante y después de la terapia hormonal, enfatizando programas de cambios de estilo de vida y reeducación dietética, en la búsqueda de un peso saludable.

Otros factores como la falta de ejercicio físico y el descuido con la comida contribuyen al aumento de peso. A menudo, la falta de control con la rutina de alimentación asociada con el medicamento utilizado durante la quimioterapia tiene el efecto secundario de la fatiga, que hace que el cuerpo se ralentice y aparezcan kilos de más no deseados.

Sin embargo, lo más importante a tener en cuenta es que cada organismo reacciona de forma diferente, por lo que los cambios de peso pueden ser distintos en cada caso. Mientras que algunos reportan aumento de peso, otros notan una marcada disminución del apetito. Así, la preocupación a lo largo de este período debe ser no solo con el aspecto físico, sino con la salud en general, ya que el control dietético no se refiere solo a la estética, sino a las enfermedades asociadas que pueden desarrollarse por exceso o falta de peso.

Las mujeres con predisposición al aumento de peso deben ser conscientes de que el mayor riesgo de aumento de peso está asociado con la salud y sus consecuencias, como la aparición de hipertensión arterial y enfermedades cardíacas. Además, el sobrepeso también es uno de los factores asociados con mayores posibilidades de recurrencia de la enfermedad.

Los beneficios de una dieta equilibrada y un programa de ejercicio moderado son numerosos durante todo el tratamiento del cáncer de mama. Estas medidas pueden ayudar a la capacidad del cuerpo para reconstruir tejido sano y masa muscular, mejorar la disposición del paciente al tratamiento, aumentar la tolerancia a los efectos secundarios de la quimioterapia y provocar una mejora considerable en la calidad de vida. El control de peso durante todo el tratamiento se vuelve fundamental para una buena recuperación y aumento de energía. ¡Cuídate!

 

¿Cómo garantizar la fertilidad después del tratamiento del cáncer?

Toda paciente que esté en tratamiento contra el cáncer y aún esté en edad fértil debe ser consciente de la posibilidad de perder la fertilidad y conocer las opciones disponibles para preservarla. Varios factores determinan si una mujer se volverá infértil después del tratamiento: edad avanzada, dosis y ubicación de la radiación, y los tipos de medicamentos de quimioterapia que se le recetan. La quimioterapia es eficaz en el tratamiento de muchos cánceres, pero puede dañar o reducir la cantidad de óvulos, o incluso inducir una menopausia precoz.

Existen opciones para preservar la fertilidad en mujeres a las que se les ha diagnosticado cáncer. La tecnología le permite capturar y congelar sus óvulos, embriones o tejido ovárico antes de tratar el cáncer. De esta forma, existe una mayor probabilidad de quedar embarazada después del tratamiento. Este proceso se denomina criopreservación o congelación de óvulos o embriones.

 

 

 

¿Cómo es la criopreservación de óvulos o embriones?

La criopreservación de óvulos o embriones es la forma más segura de preservar sus posibilidades de quedar embarazada en el futuro. También hay congelación de tejido ovárico, pero aún es experimental.

Para capturar los huevos, deberá tomar medicamentos que estimulen la producción de más huevos de lo habitual y, en total, el proceso puede tardar de 2 a 3 semanas en completarse. Este procedimiento se puede realizar entre el diagnóstico y el inicio de la terapia. Los tratamientos modernos son muy seguros y no suponen ningún riesgo para los pacientes.

Se recetarán hormonas para estimular a los ovarios a producir una serie de óvulos. Una vez que se desarrollen, se eliminarán mediante una punción guiada por ultrasonido. En este punto se pueden congelar los óvulos, o si tengo pareja, puedes hacer la inseminación y congelar los embriones. Los embriones serán inseminados en el laboratorio, con la unión de los espermatozoides, y serán criopreservados (congelados).

Si decide tener hijos después de que finalice el tratamiento contra el cáncer, es posible que se implanten uno o más embriones en el útero. Se recomienda un intervalo de 2 a 5 años entre el final del tratamiento del cáncer y la implantación.

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